Colorante de caracol púrpura: Una práctica ancestral

Colorante de caracol púrpura

En el occidente de México, cerca de la costa de Oaxaca, habita el pequeño caracol plicopurpura pansa, utilizado desde épocas prehispánicas para dar color púrpura a madejas de hilo de algodón.

Son popularmente conocidas las técnicas ancestrales para teñir o pintar a partir de recursos naturales como plantas (vegetales) o insectos, como la cochinilla. Este tipo de colorantes se han utilizado para teñir prendas de vestir. Existe un colorante que hoy en día no es tan conocido, pero que ha sido una fuente de pigmentación muy usada, desde épocas prehispánicas en México y el sur.

El caracol plicopurpura pansa, habita en las costas del occidente de México, y se extiende desde Baja California Sur hasta las islas Galápagos y el norte de Perú. Estos moluscos se adhieren a los conjuntos de rocas que simulan una barrera contra las grandes olas que se forman desde el océano Pacífico. Este pequeño caracol, tiene un sistema de defensa similar al del pulpo, el cual ante una advertencia de peligro, expulsa un líquido el cual se utiliza como colorante. En un inicio el líquido expulsado es de color amarillo, pero al estar en contacto con el sol y el viento, pasa a un tono verdoso y finalmente púrpura.

El color púrpura que se obtiene del caracol es tan intenso, y su pigmentación es tan buena, que llega a durar en las telas por mucho tiempo. Además, gracias a estas características, era muy atesorado por los habitantes indígenas en estas zonas del país.

¿Cómo se obtiene el colorante púrpura?


Ya hemos dicho cómo es que se genera el colorante debido al caracol. Pero la manera de extracción es un poco riesgosa para la persona encargada de ello. Al encontrarse en una zona rocosa y escarpada, el acceso se vuelve complicado. Una persona pone en riesgo su vida al adentrarse al mar, se debe esperar a que la marea disminuya por lo menos tres metros de altura.

Colorante de caracol púrpura en oaxaca


Se toma al caracol y se separa de la piedra, se aprieta ligeramente, aplicando inmediatamente el colorante líquido a la madeja de hilo. Este proceso se repite varias veces, ya que el líquido que se obtiene de cada caracol es en pequeñas cantidades.
Para los tinteros que practican esta labor, principalmente de origen indígena mixteco, es muy importante no causar daño a los caracoles, por lo cual debe realizarse de la forma adecuada. Después de haber extraído el colorante, se debe colocar al caracol en el mismo lugar de donde se retiró, y en la misma posición, es decir, con la abertura del caparazón hacia abajo; además de que debe ser en la roca dentro del agua, pues de lo contrario se expone al viento y sol, lo cual ocasiona que se seque y muera.

tintorero de colorante de caracol púrpura


Debido a la sobre explotación y manejo ilegal, por parte de personas de los alrededores así como extranjeros, que ha sufrido el caracol pansa a lo largo del tiempo, la cantidad de caracoles ha disminuido considerablemente. En el año de 1994 se aplicó una protección a su hábitat en la Norma Oficial Mexicana 059.

Recientemente algunos grupos mixtecos de la comunidad de Pinotepa de Don Luis en Oaxaca, habían estado trabajando activamente en el teñido y tejido para la elaboración de prendas. En la actualidad se conserva esta fuente de pigmentación solamente como una práctica cultural y trascendental en las comunidades cercanas. Y aunque se realizan algunas vestimentas con hilos púrpura, el costo es elevado y poco remunerado. Aunque la motivación principal es preservar está técnica ancestral a través de las generaciones.